domingo, 29 de enero de 2012

UNA LUCHA POR LA VIDA




Mª Luisa ha tenido tres hijos tras un proceso de selección genética para salvar a sus tres mayores.


www.elpais.com    28-enero-2012




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Está claro que la ciencia siempre va un paso por delante de la ley. Una vez descubierto el nuevo avance científico se establecen leyes que lo dictaminan legal o no. He aquí los debates ético-morales de la sociedad, que, a veces deberían replantear la legalidad de la ciencia en función de qué situaciones.

El proceso de selección genética de embriones era ilegal en nuestro país hasta 2006. Se consideraba que el hombre estaba llevando a cabo el proceso de selección natural que le corresponde a la naturaleza, y que este, no servía más que para sustituirla, pudiendo así intervenir en el proceso natural de gestación.
Pero una vez más, se demostró que nos regimos por un patrón general de visión y que muchas veces no somos del todo objetivos.

Esta es la historia de una madre que dio a luz a tres niños varones que, transcurridos unos años de vida mostraron síntomas del síndrome de Duncan, una enfermedad que sólo afecta a los varones, se trata por tanto, de una patología hereditaria poco frecuente (hay un caso aproximadamente por cada millón de nacidos), pero desgraciadamente, los tíos de los pequeños padecieron la enfermedad y su madre era portadora de la alteración genética, de forma que tenía un 25% de probabilidades en cada embarazo de tener un varón enfermo.
La única cura que podía resultar efectiva por tanto, era un trasplante de médula de un donante compatible, pero tras buscar y buscar no encontraron ninguno.
Pronto se enteraron de que, tras un proceso de selección genética de embriones Mª Luisa podría tener tres hijos más, que fueses sanos y compatibles con sus hermanos para realizar el trasplante. Pero surgía un inconveniente, ese proceso era ilegal en nuestro país, y Mª Luisa se vio obligada a viajar a Bruselas para quedarse embarazada y poder curar a sus hijos.
Y así sucedió, tras dos embarazos, Mª Luisa dio a luz a un varón sano y a dos gemelas no portadoras que eran compatibles con sus hermanos a los que pronto, se les realizó la operación.
Desgraciadamente el mayor de ellos falleció tras el trasplante, pero los otros dos consiguieron curarse.
Ahora son una familia unida y feliz, que ha demostrado que luchar merece la pena, pues no todo el mundo creía que podrían curar a sus hijos, y muchos lo afirmaron, pero Mª Luisa demostró que luchando se ganan las batallas más difíciles.

La ley de selección genética de embriones fue aprobada en 2006. Es sin duda, un paso más para conseguir que la ciencia avance pues puede salvar muchas vidas si se utiliza correctamente.
Todos tenemos derecho a ser salvados y eso, es algo que se debería tener en cuenta, pues hasta la más remota probabilidad puede darse y la ley, debería saberlo.


Original: Ana 

1 comentario:

  1. Muy interesante la historia que planteas. La leí el otro día en El País.
    Para este tipo de situaciones, siempre surge alguna polémica. Pero yo lo considero "madre coraje".
    La ciencia avanza hasta donde nosotros la dejemos avanzar, y los que tienen ese poder entre las manos han de saber cual ha de ser el límite.

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